domingo, 15 de junio de 2008

HOMBRE

Si no pudiera escribir
dar un tema al corazón,
sin duda estaría yo,
mezclándome en esta selva.

Donde el hombre encomienda
a Dios sólo perdones
olvidando los favores
que debería entregar.

A quién sin pedirle nada,
le regaló el albedrío,
de elegir entre lo tibio,
lo frío o la verdad.

Mas el hombre se lamenta,
tan sólo por un momento,
cuando el amigo se ha muerto,
o él se está por morir.

Entonces por un instante,
piensa que corta es su vida,
se lamenta día a día,
de haber hecho tanto mal.

Y se refugia en la Iglesia,
pidiendo a Dios lo perdone,
cuando sólo con ser bueno,
podría esto evitar.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio